lunes, 12 de diciembre de 2011

Miedos

Miedos que parecen reales, miedos infundados, que te boquean en los momentos más decisivos.
Y tú eres incapaz de utilizar aquello que aprendiste en su día, porque tu cuerpo no responde, ya no se acuerda de salir adelante, se quedó atrapado en la frustración y no entiende de mecanismos de lucha.


Crees que has escapado, pero no es así. Tan solo lo estás esquivando, lo rodeas de mil maneras hasta que al volver la esquina te lo encuentras de frente, le miras a la cara y eres incapaz de hablarle. Quieres y no puedes, te haces pequeño ante su presencia, hasta sentirte como una hormiga indefensa en medio de la gran ciudad. 


Es él, el miedo. Aquel que te come, te transforma y te paraliza, y una vez más te sientes impotente por no poder vencerlo como hace el resto de la humanidad. 
Sientes que eres una pieza que no encaja en este puzzle.


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